CIRCULAR CHROMATIC
By going beyond the issues of constructivism and minimal art through a finished picture, that is reminiscent of the industry’s mass production, his work questions the illusion of the virtual image in face of the imperfection of everyday.
in recent years, the work of the Austrian artist Robert Schaberl acquires a direction within the contemporary visual scene by standing out in painting with his latest series of acrylic paintings,
Spectrum of Light. What is special about these paintings is the work with light, color and the ability to reflect the means in which the canvases are shown. These are characterized by the seriality of circles displayed on large-size canvases, which together contain the typical chromatic ranges of the painter’s palette. What interests the artist is the concentration of light, solving how can develop a quality surface, and expanding it beyond the limits that he proposes, above all, in the appearance of an imagined center that isn’t the same as a geometric center.
By manipulating color, his work creates a dialogue with the viewer, not only through the classic frontal view of the painting, but through the varying angles of how it is seen and reflections typical of the mirrored surfaces of these paintings. Consequently, the work turns into a construction of reality, demanding the bodily kinesthesia of whoever beholds it, displacing the physical body through the chromatic reflection.
In Spectrum of Light, a parallel can be drawn with the work of the Russian constructivist Kazimir Malevich, White on White (1917- 1918), in the choice of different chromatic levels, within the white of his canvases, which make an order within the supposed white void visible. For this Russian artist, the image must be studied from its functionality, “in the essence of the formal facts,” through the abstraction of that which is given as an image, through the subject and the object’s existence that causes its perception. According to the art historian Giulio Argan, in modern art history: “The painting for Malevich isn’t an object but rather a mental instrument, a sign that defines the existence as an absolute equation between the outside and inner world.”
From the mental role or from the predominance of the color of Scharbel ́s work, going beyond the difficulties of constructivism and minimal art give way, through a perfect finished painting, to the main question that besieges contemporary man: the illusion of the virtual image in face of the imperfection of everyday reality. The color of his paintings melts into multiple reflections that disorient the perception. Later, the color scheme and geometric abstraction are only an excuse to begin a journey through the light waves that broaden the field of visual perception. On top of its creative possibilities, from the color scheme and abstraction, Schaberl still thinks there are many options in the tonality of the color, surface, concentration, by focusing his attention on the idea of a colored surface that makes up the circular space.
If for art theorist Peter Bürger, avant-garde art, which defines Malevich, comes up as: “an expression of anguish in the presence of a technique and social structure that seriously restricts the individuals’ capacity for action,” then, the art turns into the defragmentation of the former autonomy of modern art, through a strong “self-critique” of itself. Along the same lines, the finishing touches of Schaberl’s paintings are reminiscent of the continuous texture of a vinyl disc, emulating contemporary man’s task, flooded by the excesses of technology and industry.
Without the brushstrokes being visible, his surfaces are called into question through machinery and their placement in the creative work that was once exclusively done by man. By taking a stand on the introduction to technology in art, the artist considers the camera as an eye that documents; the computer as a tool to produce and transform sketches in order to define the surfaces, but never as a means of artistic expression.
by Pía Cordero, © ARTE ALLIMITE 2014
Robert Schaberl - CROMATISMOS CIRCULARES
Trascendiendo las problemáticas del constructivismo y el minimal art mediante un acabado pictórico, que recuerda la producción en serie de la industria, su obra interroga sobre la ilusión de la imagen virtual frente a la imperfección cotidiana.
en los últimos años el trabajo del artista austriaco Robert Schaberl adquiere una dirección dentro de la escena visual contemporánea, destacando desde la pintura con su última serie
Spectrum of Light de cuadros en acrílico. Particular de esta obra es el trabajo con la luz, el color y la capacidad de reflejar el medio en que los cuadros son expuestos. Éstos se caracterizan por la serialidad de círculos dispuestos en telas de grandes tamaños, los que en su conjunto contienen las gamas cromáticas propias de una paleta de pintor. Lo que le interesa al artista es la concentración de la luz, resolver el cómo se puede desarrollar una superficie de calidad, expandirse fuera de los límites que le propone, sobre todo, en su aparición de un centro imaginado que no igual a uno geométrico.
Mediante la manipulación del color, su obra genera un diálogo con el espectador, no sólo por la clásica visión frontal de la pintura, sino a través de los diversos ángulos de la mirada y reflejos característicos de las superficies espejadas de estos cuadros. Por consiguiente, la obra deviene en construcción de realidad, reclamando la cinestesia corporal de quien la percibe, descolocando el cuerpo físico mediante el reflejo cromático.
En Spectrum of Light se puede establecer un paralelo con el trabajo del constructivista ruso Kazimir Malevich, Blanco sobre blanco (1917-1918), en la distinción de diversos niveles cromáticos, dentro del blanco de sus telas, que hacen visible un orden dentro del supuesto vacío del blanco. Para este artista ruso, la imagen debe ser estudiada desde su funcionalidad, “en la esencia de los hechos formales”, mediante la abstracción de aquello que es dado como imagen, a través del sujeto y la existencia del objeto que promueve su percepción. Según el historiador del arte Giulio Argan, en Historia del arte moderno: “El cuadro para Malevich no es un objeto, sino un instrumento mental, un signo que define la existencia como una ecuación absoluta entre el mundo exterior y el interior”.
Desde la función mental o desde el protagonismo absoluto del color la obra de Scharbel ha trascendido las problemáticas del constructivismo y del minimal art dando paso, mediante un acabado pictórico perfecto, a la principal interrogante que asedia al hombre contemporáneo: la ilusión de la imagen virtual frente a la imperfección de la realidad cotidiana. El color de sus pinturas se deshace en múltiples reflejos que desorientan la percepción. Luego, el cromatismo y la abstracción geométrica son sólo una excusa, para iniciar un recorrido por las ondas lumínicas que amplían el campo de percepción visual. Sobre sus posibilidades creativas, a partir del cromatismo y la abstracción, Schaberl considera que aún hay muchas opciones en la tonalidad del color, de la superficie, de la concentración, centrando su atención en la idea de una superficie de color que integre el espacio circundante.
Si para el teórico del arte Peter Bürger la vanguardia artística, que conforma Malevich, surge como: “expresión de angustia ante una técnica y una estructura social que restringen gravemente las posibilidades de acción de los individuos”, entonces, el arte deviene des- fragmentación de la antigua autonomía del arte moderno, mediante una fuerte “autocrítica” del mismo. En los mismos lineamientos, la pintura de Schaberl en sus terminaciones, recuerda la textura continúa de un disco de vinilo, emulando el quehacer del hombre contemporáneo, desbordado por los excesos de la tecnología y la industria.
Sin la visibilidad de la huella del pincel, sus superficies interrogan por la máquina y su inserción en el trabajo creativo que de antaño fue exclusivo del hombre. Tomando posición sobre la introducción de la tecnología en el arte, el artista considera a la cámara como un ojo que documenta; el computador como una herramienta para la producción y transformación de bocetos, para la definición de superficies, pero nunca como medios de expresión artística.
Por Pía Cordero, © ARTE ALLIMITE 2014